El 15 de abril de 2022 la Organización Mundial de la Salud emitió una alerta en relación con la aparición de 84 casos de hepatitis aguda de causa desconocida en niños pequeños previamente sanos, en el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Desde entonces los casos notificados han aumentado y al 3 de mayo se han reportado más de 200 casos en 20 países. Algunos casos han causado insuficiencia hepática y han requerido trasplantes. En nuestro país, al 5 de mayo se detectaron ocho casos que se encuentran en estudio e investigación epidemiológica y que aún no fueron clasificados como hepatitis aguda de causa desconocida.

La hepatitis es la inflamación del hígado, ésta puede producirse por diferentes causas tales como agentes infecciosos, intoxicaciones, enfermedades autoinmunes, metabólicas, etc. Los agentes infecciosos más frecuentes son los virus de hepatitis A, B, C, D y E.

Hasta el momento, las pruebas de laboratorio descartan que los casos notificados sean causados por dichas hepatitis virales conocidas. En muchos casos se constató una infección por adenovirus, por lo que se investiga como una de las posibles causas.

El adenovirus es un virus común que puede causar síntomas respiratorios o gastrointestinales (vómitos y diarrea). En general, la infección tiene una duración limitada y no evoluciona a cuadros preocupantes.

Otra hipótesis que se encuentra en investigación, dado que se ha detectado en varios casos, es la infección por SARS-CoV-2. Es importante aclarar que la hipótesis relacionada con los efectos secundarios de las vacunas para COVID-19, no se considera actualmente, ya que la gran mayoría de los niños afectados no había recibido esta vacuna.

Los síntomas de la hepatitis aguda son: diarrea o vómitos, fiebre, fatiga, dolor abdominal, pérdida del apetito, orina de color oscuro e ictericia (coloración amarilla de la piel y los ojos). Ante la aparición de estos síntomas es recomendable realizar una consulta médica a la brevedad. El diagnóstico se realiza con pruebas de laboratorio en sangre.

El tratamiento inicial busca aliviar los síntomas, manejar y estabilizar al paciente si el caso es grave, y luego según la causa podrán requerirse medidas específicas.

Para la prevención, se recomienda tomar medidas básicas de higiene como lavarse las manos frecuentemente, cubrirse al toser o estornudar, evitar el contacto con personas enfermas, y evitar tocarse ojos, nariz y boca.

Además, considerando que las hepatitis virales son las causas más frecuentes de hepatitis graves en niños, es fundamental verificar el esquema de vacunación para los virus de hepatitis A y B que se previenen con vacunas. Ambas se encuentran incluidas en el Calendario Nacional de vacunación con los siguientes esquemas:

-Hepatitis A: una dosis al año de vida.

-Hepatitis B: una dosis al nacimiento más tres dosis en forma combinada (incluida en la vacuna pentavalente o séxtuple) a los 2, 4 y 6 meses de vida. Si no se recibió en la infancia, se deben recibir tres dosis a cualquier edad.

Es importante mantenerse informados a través de fuentes confiables provenientes de organismos oficiales o sociedades científicas y consultar cualquier duda con nuestro/a médico/a de cabecera.

Anabella C. Pacchiotti
Médica especialista en pediatría
MN 120427
Pediatra titular del Departamento de Urgencias del Hospital de Niños Ricardo
Gutiérrez
Miembro titular de la Sociedad Argentina de Pediatría.

Fuentes:
https://bancos.salud.gob.ar/sites/default/files/2022-04/alerta-hepatitis.pdf
https://www.who.int/emergencies/disease-outbreak-news/item/acute-hepatitis-of-unknown-aetiology—the-united-kingdom-of-great-britain-and-northern-ireland
https://www.argentina.gob.ar/noticias/informacion-relevante-del-ministerio-de-salud-de-la-nacion-ante-casos-sospechosos-de
https://www.cdc.gov/media/releases/2022/s0421-hepatitis-alert.html